viernes, 1 de enero de 2010

Querido Año 2010:

Ayer despedí el año 2009 y te di la bienvenida. Me da la sensación ahora de que la suerte y las uvas no tienen sentido, de que da igual empezar con el pie derecho o con el izquierdo. No he querido hacer recuento de recuerdos de este año que hemos dejado atrás y cuyo lugar has ocupado. No sé exactamente si ha sido el peor que puedo contar, pero sí uno de los más infames que recuerdo. Empezó bien. Tuvo sus cosas buenas, como aquel concierto, aquel libro, aquellas fotos, aquellas risas... Pero tengo la sospecha de que lo malo sobrepasa: las discusiones, las caídas, las lágrimas, los que este año no han podido comerse las tradicionales uvas...

Lo peor de todo esto es que de nuevo tengo la sensación de que nada va a cambiar y este año, 2010, vas a ser igual de desagradable que su antecesor.

Firmado: Yo, la negatividad.